Ampliando el artículo de la pasada semana y aunque la resiliencia (o resistencia) se ha estudiado tradicionalmente en relación al estrés, las personas resistentes en otros ámbitos de la vida lo serán también en el trabajo. Metafóricamente la resistencia (de nuestros trabajadores) se podría representar con las dos cualidades de los metales:
- son resistentes y duros ante las agresiones, pero a la vez,
- son maleables y capaces de adaptarse a nuevas formas.
Luthans (2002) la define como una capacidad psicológica positiva que rebota la adversidad, incertidumbre, conflicto y fracaso; que supone un cambio positivo, progresivo y que aumenta la responsabilidad. No sería la capacidad para salir ileso de una batalla, sino ser vencedor.
El concepto de resistencia supone dos condiciones básicas:
- la amenaza, la adversidad o riesgo y
- los buenos resultados.
Además contiene dos procesos activos:
- el de oposición y
- el de ataque.
Esto es, ante las condiciones adversas del ambiente que hacen prever resultados negativos, la persona resistente muestra unas fortalezas capaces de superar las demandas y obtiene buenos resultados.
Espero que os resulte interesante esta reflexión sobre este concepto que también podemos aplicar a aquellas personas que se encuentran en la búsqueda activa de empleo. Especialmente a aquellos que ya llevan tiempo “resistiendo”.
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