Mindfulness, Psicología Positiva

La experiencia No Valorativa

ContemplaciónLa atención plena es una experiencia meramente contemplativa, se trata de observar sin valorar. “Se diría que es una forma de estar en el mundo sin prejuicios: abierto a la experiencia sensorial, atento a ella y sin valorar o rechazar de forma activa y taxativa” (Vallejo, 2006).

Esta experiencia no valorativa constituye el elemento esencial del Mindfulness que implica la aceptación radical de lo que acontece tal y como es.  Todo es contemplado como normal, lo positivo y lo negativo, lo perfecto y lo imperfecto. Se da una aceptación de todas las experiencias y las reacciones a ellas. Esta aceptación surge de un esfuerzo por no valorarlas como buenas o malas, positivas o negativas, sino que todo forma parte de la experiencia vivida.

Mente principiante1Una forma de entrenar esta actitud no valorativa se denomina Mente de Principiante (Kabat-Zinn, 1990, 2003). Esta práctica supone una liberación de todo conocimiento previo y una apertura a percibir la realidad como si la viésemos por primera vez. Esta actitud nos permite descubrir nuevos aspectos de la realidad que si no hubiésemos percibido con esta Mente de Principiante no hubiéramos recabado en ellos por haber interpretado la misma realidad con nuestros patrones perceptivos antiguos. Por esta razón, la práctica de Mindfulness conlleva la disolución de las influencias del aprendizaje previo sobre la sensación del presente (Siegel, 2007).

Desde un punto de vista neurofisiológico, cuando percibimos lo que nos rodea de forma habitual, a través de nuestros sentidos, se produce un procesamiento de arriba abajo (Engel, Fries y Singer (2001). Hay amplia evidencia de que el procesamiento de estímulos está controlado por influencias de arriba abajo que conforman poderosamente las dinámicas intrínsecas de las redes tálamo-corticales y crean constantemente predicciones acerca de los eventos sensoriales entrantes (Engel, Fries y Singer, 2001). Es decir, cuando percibimos normalmente, nuestro cerebro envía información a nuestros órganos sensoriales e interpretamos aquello que estamos percibiendo según determine nuestro cerebro.

Sentidos CortexEl sistema actúa imponiendo una serie de filtros automáticos que resaltan los aspectos ya conocidos de la realidad y atenúan, o eliminan del todo, los aspectos novedosos de la misma (Simón, 2007).

Por el contrario, la información del aquí y ahora (de abajo a arriba, la aportada directamente por los sentidos, sin intermediación del cerebro como filtro para seleccionar la percepción) tiene muchas dificultades para hacer llegar a la conciencia su auténtico mensaje (Simón, 2007). Esa información entrante o primaria ha sido clasificada por Siegel (2007) en 8 sentidos o corrientes de información sensorial:

Sentidos Información Región Cerebral
Vista, oído, tacto, olfato, gusto Mundo físico externo Cortex posterior
Interocepción Mundo físico interno Corteza somatosensorial, ínsula
Visión de la mente Mente PFC medial
Resonancia Relaciones interpersonales Neuronas en espejo y PFC
Las 8 vías de entrada de información al espacio de la conciencia y regiones cerebrales más relacionadas (según Siegel, 2007).

(PFC: Corteza Prefrontal).

Como señala Simón (2007), en condiciones normales, toda la riqueza informativa proveniente de estos 8 sentidos se ve restringida por las influencias del procesamiento arriba abajo, no sólo a niveles superiores de actividades cognitivas, como el pensamiento y la emisión de juicios sino también a niveles de procesamiento  más inferiores, como la percepción del estado corporal y las reacciones emocionales.

Corteza prefrontal dorso-lateralGracias a la Mente de Principiante que se citaba más arriba podemos poner el foco de atención en estas ocho corrientes de información con lo que dificultamos el procesamiento de arriba abajo, impidiendo emitir valoraciones sobre la propia experiencia perceptiva y favoreciendo el canal abajo arriba, permitiendo la llegada de nueva información. Se ha estudiado la zona cerebral que se activa cuando prestamos atención intencionadamente a cualquiera de estos  ocho sentidos perceptivos, y esta zona es la denominada Corteza prefrontal dorso-lateral. Así mismo se ha descrito que cuando observamos estos mismos procesos mentales, en meditación profunda, activamos zonas mediales del cortex prefrontal.

Como vemos, la evidencia científica atestigua cada vez con mayor precisión y rigor que juzgar es el proceso en el que se basa la percepción, pero no el conocimiento. Es posible contemplar la realidad sin juzgar, simplemente saber que está ahí. Los juicios fragmentan la realidad, la etiquetan, la valoran como buena o mala pero son sólo interpretaciones porque la realidad es objetiva, neutra.

La decisión de juzgar en vez de conocer es lo que nos hace perder la paz” (Un curso de milagros).

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